Bienvenido seas 2021
Hermanas y Hermanos en la diócesis de Owensboro.
Sin duda alguna este pasado año 2020 fue un año distinto, retador y difícil. Distinto porque en lo que va de las vidas de todos los que leerán este pequeño escrito, casi estoy seguro nadie ha pasado por una situación de pandemia como la que hemos y seguimos viviendo. Retador porque nos hemos visto obligados a recalibrar en serio, aquello que debe ser lo más importante en nuestras vidas. El amar a Dios sobre todas cosas y sobre todo el dejarnos amar y abrazar por Jesucristo. El abrazar a nuestros hijos, nuestros papás, a nuestras esposas y esposos y decirles cuánto los amamos. El degustar con emoción renovada, gran devoción y disposición interna de la sagrada comunión del Cuerpo de nuestro Señor en la Santa Misa. Estos son sólo algunos de los actos más importantes que nuestra vulnerabilidad frente a una pandemia debería enseñarnos. Y difícil, ya que también como pueblo inmigrante, incluso antes de que todo esto comenzara, ya se era una comunidad que sufría por tantas otras razones.
Sin embargo, y a pesar de toda esta situación que se ha venido dando, es importantísimo reconocer la enorme creatividad y el esfuerzo de tantos de ustedes y de nuestros líderes en Ministerio Hispano por el uso de nuevos métodos disponibles en mantenernos conectados, seguir formándonos e incluso proclamar la palabra de Dios. A nuestros sacerdotes hispanos por su empeño en transmitir las Misas por Facebook y continua cercanía, ¡Gracias! A nuestras religiosas hispanas por su continuo esfuerzo de acompañar y hacerse presentes en las comunidades ¡Gracias! A nuestros líderes laicos, personal de Ministerio Hispano en las parroquias que han proveído conexiones por zoom y otros medios, ¡Gracias! A nuestros movimientos y grupos como la Renovación, Cristo Renueva su Parroquia, cofradías y devotos de distintos advocaciones marianas que han organizado novenas, retiros y rosarios por Zoom, ¡Gracias!
Cierro haciendo eco de la frase que nuestro señor Obispo William recientemente ha repetido: “Nunca estamos más allá del alcance del amor de Dios”. En otras palabras, pase lo que pase estamos en las manos de Dios y El siempre cuidará de cada uno y de nuestras familias.
Ojala pues, y que este pasado año 2020, haya sido una oportunidad de recordarnos lo pequeños y pasajero que son nuestras vidas terrenas y de lo importante de vernos una vez más como peregrinos rumbo a un lugar mucho mejor y de paz. Yo les deseo un Feliz Nuevo Año y les mando un abrazo y saludo fraterno.
Diácono Cristóbal Gutierrez
Oficina de Ministerio Hispano/Latino
Diócesis de Owensboro
Originalmente publicado en la edición de enero de 2021 del Católico de Kentucky Occidental.