El P. Ryan Harpole, párroco de la Parroquia San José en Bowling Green, KY, dirige una procesión eucarística en el centro de Bowling Green el 3 de julio de 2024, durante la visita de la Ruta de San Juan Diego de la Peregrinación Eucarística Nacional a la Diócesis de Owensboro. RILEY GREIF | WKC
‘Una fe que ha crecido durante muchos años’: los feligreses se reúnen para celebrar la Peregrinación Eucarística Nacional en la Diócesis de Owensboro
POR ELIZABETH WONG BARNSTEAD, EL CATÓLICO DE KENTUCKY OCCIDENTAL
María Molina sintió que su fe crecía después de que esfuerzos combinados no sólo de sus compañeros feligreses, sino de “toda su diócesis”, dieron la bienvenida a la Peregrinación Eucarística Nacional al oeste de Kentucky durante la primera semana de julio.
“Estoy agradecida y bendecida de que esto se haya logrado”, dijo Molina, líder de la Parroquia Santa María en Franklin, KY, donde se dio la primera parada de la peregrinación en la Diócesis de Owensboro. “Sin la comunidad, no podríamos haberlo hecho”.
La diócesis de 78 parroquias y 32 condados dio la bienvenida a los peregrinos de la Ruta de San Juan Diego, que viajó por la parte sur de los Estados Unidos. Un total de cuatro rutas, provenientes de los cuatro rincones de los Estados Unidos, convergieron en Indianápolis para el Congreso Eucarístico Nacional del 17 al 21 de julio.
Un equipo de jóvenes católicos, a los que se les dio el título de Peregrinos Perpetuos, fueron asignados a cada ruta y que estuvieron viajando por todo el país desde el comienzo de la Peregrinación en mayo. Sus recorridos incluyeron una combinación de momentos de caminata a través de regiones con el Santísimo Sacramento en una custodia y otros momentos viajando en una camioneta diseñada con un altar especial para exponer al Santísimo.
Molina coordinó la hospitalidad y las comidas servidas durante los eventos de peregrinación del 30 de junio y el 1 de julio en la Parroquia Santa María, estos incluyeron una procesión eucarística desde la plaza del pueblo hasta la iglesia; una Misa vespertina en español; una Hora Santa y la Bendición con el Santísimo Sacramento; una cena comunitaria en el salón parroquial; y una Misa temprano en la mañana y un desayuno al día siguiente con otra procesión eucarística en el centro.
Mencionó que estaba agradecida con todos los que ayudaron a preparar las comidas y agradeció a la cercana Parroquia San José en Bowling Green por las habilidades de sus feligreses en crear las alfombras fuera de la Parroquia Santa María para las procesiones.
“Fue una gran experiencia… fue simplemente una bendición”, dijo Molina.
Felipe Campos – cuya esposa, Nancy, era una de las cocineras en la cocina parroquial – dijo que su parroquia se unió gracias al liderazgo de su párroco, el P. Tom Buckman.
“Esta es una fe que viene creciendo desde hace muchos años”, dijo Campos, y agregó que él y su esposa han sido testigos de cómo su fe da frutos en la vocación de su hijo, quien es un sacerdote recién ordenado de la Congregación de Santa Cruz en Notre Dame, Indiana.
Después de que concluyeron las celebraciones en Franklin, los peregrinos viajaron a la Parroquia Sagrado Corazón en Russellville, KY, para un almuerzo y una presentación en el salón parroquial. Allí, los Peregrinos de la Ruta San Juan Diego se presentaron formalmente a la comunidad: Camille Anigbogu, Shayla Elm, Issy Martin-Dye, Charlie Mccullough, Joshua Velásquez, Mackenzie Warrens y los seminaristas Noah U’Ren y Dylan James Young.
A ellos también se unieron dos Frailes Franciscanos de la Renovación: El P. Dismas Kline, CFR; y el Hno. Simeón Synoski, CFR. Los frailes viajaron con el equipo durante varias semanas, según un acuerdo con la comunidad CFR para asignar frailes que acompañaran a los peregrinos en cada paso del viaje.
Después del almuerzo, la peregrinación continuó hasta Auburn, KY, donde tuvo lugar una procesión eucarística a lo largo de la carretera durante aproximadamente 4.8 millas. Si bien los altos índices de calor y la humedad extrema habían aumentado en Kentucky durante las semanas previas, ese día oscilaba entre los 70 y 80 grados, lo que brindó un bienvenido respiro para quienes participaron en la procesión.
Los fieles concluyeron la procesión en la capilla de la casa madre de la congregación religiosa de los Padres de la Misericordia, con sede en Auburn. Allí se ofrecieron confesiones durante la Adoración Eucarística.
Después de un período de oración, los Peregrinos Perpetuos viajaron al Campamento Juvenil Católico y Centro de Retiros del Río Gasper, donde caminaron en una procesión formal con el Santísimo Sacramento hacia la propiedad, rodeados por los estudiantes de quinto y sexto grado que asistían al campamento esa semana. Varios niños tuvieron la oportunidad de servir como portadores de velas y tocar las campanas procesionales.
El P. Kline dirigió la procesión hasta la capilla dentro del Boone Lodge del campamento, y los campistas se arrodillaron para un período de adoración en silencio ante el Santísimo Sacramento.
El día siguiente, el 2 de julio, fue un día de descanso para los Peregrinos Perpetuos, pero se unieron a los campistas por la tarde para un panel de preguntas y respuestas, y más tarde para cenar en el comedor.
El 3 de julio, como último día completo para los peregrinos dentro de la Diócesis de Owensboro, comenzó con una Misa a las 7 a.m. en la Parroquia San José en Bowling Green. Fue seguida por una procesión eucarística por el centro de la ciudad, hacia el Centro Católico Newman de Santo Tomás de Aquino en la Universidad Western Kentucky. El Centro Newman fue anfitrión de un período de Adoración. Luego, el grupo regresó en procesión a la Parroquia San José.
Esa tarde, la Parroquia Espíritu Santo en Bowling Green organizó un retiro de Avivamiento Eucarístico dirigido por la Hna. Cheryl Clemons, OSU. Por la noche, los Peregrinos Perpetuos se unieron a los fieles del Espíritu Santo – además de muchos visitantes – para una última procesión en la diócesis, que comenzó en la entrada del estacionamiento y condujo a las puertas abiertas de la iglesia, donde esperaba el Obispo William F. Medley.
El obispo presidió la Misa, que se celebró en inglés y en dialectos de Myanmar, en honor a la floreciente población católica de Myanmar de la parroquia.
Bernadine Naing, líder de la comunidad parroquial que participó en las celebraciones de ese día, dijo que la Eucaristía es el centro de la fe católica y que “para mí, si no hubiera celebración de la Misa, no sería católica”.
“No importa el idioma que hables, todos pueden participar en la Misa”, dijo Naing. Dijo que es útil para los católicos hacer crecer su fe con libros y películas religiosas, pero enfatizó que “también debemos experimentar a Cristo en la Eucaristía, como en la Adoración”.
“Es realmente sencillo, pero muy profundo”, dijo.