Un Mensaje del Obispo Medley – Febrero de 2021
En tiempos de pandemia, acudimos a María, salud de los enfermos
El 11 de febrero de 2021 marca la vigésima novena celebración anual por la Iglesia Católica de la Jornada Mundial del Enfermo. Esta fecha coincide, como lo pretendía San Juan Pablo II cuando inició esta observancia, con la fiesta de Nuestra Señora de Lourdes. María, bajo este título, y la ciudad de Lourdes en el sur de Francia, están asociadas con los enfermos. En 1858, la joven María Bernarda Soubirous tuvo un encuentro con la Santísima Virgen en una serie de apariciones. Muy temprano, ese encuentro estuvo marcado por el descubrimiento por Bernardita de un manantial de agua, y mientras los peregrinos acudían al lugar, muchos dieron fe de curaciones milagrosas a través de estas aguas. Hasta el día de hoy, millones de peregrinos, especialmente enfermos, visitan Lourdes para sumergirse en las aguas del manantial. Aún se informan curaciones extraordinarias, pero es mucho más común que los enfermos compartan sobre un consuelo espiritual y una aceptación de su enfermedad en Lourdes.
El Papa Francisco se dirigió a la Iglesia mundial con respecto a la observancia de este año y recalcó el impacto de la pandemia mundial de coronavirus. Mientras escribo esta columna, las estadísticas mundiales reflejan que 96.2 millones de personas han resultado infectadas y más de 2 millones han muerto. En Estados Unidos se han diagnosticado casi 25 millones de casos y han muerto más de 400,000 personas. Las tasas de hospitalización son elevadas en todo el mundo y también las tasas de mortalidad. Esta realidad solo ha amplificado la conciencia de los enfermos y moribundos.
“La experiencia de la enfermedad hace que sintamos nuestra propia vulnerabilidad y, al mismo tiempo, la necesidad innata del otro”, dijo el Papa Francisco. Todo el mundo ha estado enfermo, ya sea de un resfriado común leve, una enfermedad infantil o un episodio grave que ponga en peligro la vida. Todos podemos relacionarnos; todos podemos identificarnos. La enfermedad nos hace sentir con mayor claridad que somos criaturas dependientes de Dios. Cuando estamos enfermos, nuestras vulnerabilidades se magnifican; nos encontramos impotentes.
El Papa Francisco escribió: “La enfermedad impone una pregunta por el sentido, que en la fe se dirige a Dios; una pregunta que busca un nuevo significado y una nueva dirección para la existencia, y que a veces puede ser que no encuentre una respuesta inmediata. Nuestros mismos amigos y familiares no siempre pueden ayudarnos en esta búsqueda trabajosa”.
En este 2021, y mientras observamos la Jornada Mundial del Enfermo, es apropiado expresar nuestro agradecimiento a los trabajadores de la salud y los socorristas. Estos hombres y mujeres han continuado sirviendo y se han puesto en riesgo durante estas semanas y meses. Miles de ellos han muerto, y esto recuerda el imperativo evangélico de que no hay amor más grande que un hombre o una mujer que da la vida por los amigos.
La Iglesia y el mundo en todas las naciones y culturas a menudo se dirigen a María bajo su título de Salud de los enfermos, este año más que nunca. Y en este año de San José, quien conocemos como el santo patrono de una buena muerte. Aunque los Evangelios no relatan ningún detalle de la vida de José más allá del hallazgo del Niño Jesús en el templo, podemos imaginar fácilmente que José fue atendido en su enfermedad por la Santísima Madre y el joven Jesús. Por lo tanto, también podemos dirigirnos a él en oración.
El Santo Padre concluye su carta sobre la Jornada Mundial del Enfermo de 2021 con este saludo a María:
“Le encomiendo a María, Madre de misericordia y Salud de los enfermos, todas las personas enfermas, los agentes sanitarios y quienes se prodigan al lado de los que sufren. Que Ella, desde la Gruta de Lourdes y desde los innumerables santuarios que se le han dedicado en todo el mundo, sostenga nuestra fe y nuestra esperanza, y nos ayude a cuidarnos unos a otros con amor fraterno”.
Obispo William F. Medley
Diócesis de Owensboro
Originalmente publicado en la edición de febrero de 2021 del Católico de Kentucky Occidental.